El ojo dominante
Los alumnos aprenden a edad temprana que algunas personas son zurdas y otras diestras. Muchos se sorprenderán al descubrir que también se puede ser zurdo o diestro con relación a los ojos y que no siempre esa preferencia coincide con la mano dominante. Se sorprenderán aún más cuando se enteren de que la ciencia todavía no pudo descubrir cómo se desarrolla la lateralidad en los seres humanos. Tal vez uno de tus alumnos lo descubra en el futuro...
Tener una noción del papel que desempeña el cerebro en la vista.
Los ojos (y las piernas) tienen un lado dominante, igual que las manos.
Detectar y discutir posibles ideas equivocadas que tus alumnos tengan sobre la visión.
Una mano
Antes de comenzar el debate, escucha con atención la explicación de tus alumnos para tratar de comprender este efecto. Esto te ayudará a detectar las ideas equivocadas sobre la visión que algunos puedan tener.
Haz un tubo imaginario con la mano a unos 20 cm de tus ojos. Mira a tu maestro por el tubo con los dos ojos.
1. Si cierras el ojo izquierdo o el ojo derecho, ¿el maestro «se queda» dentro del tubo?
2. ¿Qué piensas que causa este efecto?
(si es necesario)
¿Puedes ver lo mismo con los dos ojos?
› No.
¿Cuántas imágenes «ves» en tu cerebro?
› Una.
Cuando construyes esta única imagen a partir de los que los dos ojos ven, ¿cada ojo trata a la imagen de la misma forma?
› No, un ojo le da preferencia.
Los ojos, tanto como las piernas, tienen un lado dominante igual que las manos, que varía según cada persona. Algunos hasta tienen un lado para las manos y otro para los ojos o pies, o incluso pueden no tener un lado dominante (ambidiestros). Es sabido que este efecto está relacionado con la estructura y desarrollo del cerebro, pero las razones precisas aún no se descubrieron y siguen siendo investigadas. Aprovecha la oportunidad para dejar en claro que la ciencia no es «completa», que muchas preguntas y situaciones del día a día necesitan seguir investigándose para comprenderlas por completo.